

¿Sabías que, aunque la dieta BARF tiene muchos beneficios, los menús crudos congelados preelaborados pueden traer consigo ciertos riesgos de infecciones bacterianas? Estas bacterias pueden afectar tanto a tu mascota como a ti si no tomas las precauciones necesarias.
Los menús de dieta BARF se elaboran a partir de carne cruda, huesos, vísceras y vegetales frescos. Esto los convierte en una opción más natural y rica en nutrientes. Sin embargo, la carne cruda puede estar contaminada con bacterias peligrosas como Salmonella y E. coli, incluso después de ser congelada.
Estas bacterias no siempre se eliminan durante la congelación. De hecho, algunas sobreviven a temperaturas bajo cero. Si los alimentos no se tratan adecuadamente, las bacterias pueden multiplicarse cuando los menús se descongelan, lo que supone un riesgo para la salud de tu mascota.
Salmonella es particularmente peligrosa, ya que puede provocar diarreas severas, vómitos y fiebre. Lo mismo ocurre con E. coli, que también puede causar problemas gastrointestinales graves. Además, el riesgo no solo afecta a tu perro: el contacto con los alimentos contaminados puede transmitir bacterias a los humanos si no se siguen los protocolos de higiene adecuados.
Cómo evitar comida BARF en mal estado
1- Compra menús preparados de calidad
A la hora de elegir menús BARF congelados preelaborados, es fundamental que confíes en tiendas especializadas en comida Barf de calidad que garantizan la seguridad alimentaria. Busca marcas que utilicen carne aptas para consumo humano y que sigan rigurosos controles sanitarios. De esta forma, sabrás que los ingredientes que estás comprando han sido procesados y manipulados correctamente, minimizando el riesgo de contaminación.
2- Mantén la comida congelada
El congelador es tu mejor aliado, pero solo si lo usas de manera correcta. Cuando compras los menús congelados, asegúrate de almacenarlos rápidamente en el congelador, sin dejar que se queden fuera más de lo necesario. Las bacterias como Salmonella o E. coli se desarrollan rápidamente a temperaturas superiores a los 4°C, por lo que es importante que la carne se congele inmediatamente al llegar a casa.
Si no tienes previsto usar los menús inmediatamente, mantén siempre los alimentos en el congelador a temperaturas constantes de -18°C o más bajas. Además, nunca descongeles los alimentos a temperatura ambiente, ya que esto facilita el crecimiento bacteriano.
3- Descongela la comida de forma segura en el frigorífico
La descongelación es uno de los momentos más críticos cuando se trata de evitar infecciones bacterianas. Aunque puede ser tentador sacar el menú congelado y dejarlo en la encimera, este es un error que puede ser peligroso. Descongelar a temperatura ambiente es el mejor método para que las bacterias se multipliquen rápidamente.
La forma más segura de descongelar es hacerlo en el frigorífico. Así, la carne se descongelará a una temperatura segura, manteniéndola por debajo de los 4°C durante todo el proceso. Dependiendo del tamaño de la porción, la carne puede tardar entre 12 y 24 horas en descongelarse por completo en el frigorífico.
Si necesitas descongelar rápidamente, puedes hacerlo utilizando el microondas a baja potencia, pero ten en cuenta que algunas áreas de la carne pueden calentarse y crear un ambiente propicio para las bacterias. Siempre verifica que la carne esté completamente descongelada antes de dársela a tu perro.
4- Higiene en la preparación
Las bacterias no solo se transmiten a través de la carne, sino también por el contacto con las superficies y utensilios que usas para preparar la comida de tu perro. Aquí van algunos consejos sencillos para evitar la contaminación:
- Lávate las manos después de tocar la carne cruda. Usa agua y jabón, y lávalas durante al menos 20 segundos.
- Utiliza utensilios exclusivos para la comida de tu perro. No utilices los mismos cuchillos, tablas de cortar o recipientes que usas para preparar tu comida.
- Desinfecta las superficies: una vez que hayas terminado de preparar la comida, asegúrate de limpiar bien las superficies con desinfectante apto para alimentos.
Recuerda que, además de las bacterias que pueden estar presentes en la carne cruda, también puedes transferirlas a otros alimentos si no eres riguroso con la limpieza. El contacto cruzado puede ser muy fácil y rápido, pero con unos pocos hábitos preventivos, evitarás muchos problemas.
Con todo esto, estarás proporcionando una dieta segura y nutritiva para tu mascota. La dieta BARF congelada puede ser una excelente opción, siempre que se sigan las pautas correctas para garantizar la seguridad alimentaria. La clave está en ser meticuloso en la descongelación, almacenaje y preparación de los menús, manteniendo siempre un alto nivel de higiene y control de la salud de tu mascota. Así, tu perro disfrutará de los beneficios de una alimentación natural, sin poner en riesgo su salud.
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